Contra las prisas de la civilización, agricultura ecológica real.

El uso de de fauna benéfica para fomentar el equilibrio de tu parcela agrícola.

Texto de Saltamontes Bio, agricultores y agriculturas ecológicos que trabajan y cuidan los frutales de la Comarca de Calatayud.

La verdadera agricultura ecológica, no es solamente cumplir la normativa de no utilizar productos químicos, alimentando y seleccionando plagas a nuestro antojo mediante productos naturales. Hacer agricultura ecológica real, es dejar que las plantas, bacterias, insectos patógenos y beneficiosos lleguen a su equilibrio, eso sí, intentando ayudar a la planta a no sufrir estrés por sequía, hielo etc.
Dicho así suena muy fácil, dejamos abandonada la finca unos años y ya está, pero no es así, contamos con el hándicap de que la fruta tiene que tener un aspecto apetecible por el consumidor y que queremos cultivar fruta propia de una zona en otra ( manzana propia de montaña en valle, por ejemplo), ahí es donde tiene que hacer su trabajo el agricultor/a y su tecnic@.

Si nos fijamos, el mundo está hecho para funcionar por si solo, nace hierba, para que se alimente un animal herbívoro o los pulgones etc., estos a su vez al defecar alimentan a un montón de bacterias, que descomponen sus heces convirtiéndolas en comida para la planta de nuevo. Al mismo tiempo, para que no desaparezca la hierba por el exceso de animales fitófagos, existen los depredadores para controlar las poblaciones (lobos, águilas, mariquitas…).
Todo era una cadena hasta que llegaron las prisas de la civilización, que queriendo saltarse algún paso en la cadena atrófica, desmoronó el sistema teniendo que utilizar cada día más venenos para controlar una plaga que estaba controlada.

Larva de mariquita y mariquita adulta depredando pulgón, la primera resulta ser más voraz que la adulta.

Como agricultores y agriculturas ecológicos, nuestro deber es controlar la alimentación de nuestra planta, para que no sufra estrés por falta o sobra de nutrientes o agua. Una planta estresada tiene circulando por «sus venas» un montón de proteínas, base de alimentación de plagas como pulgones. Eso se consigue removiendo el terreno para mineralizar la materia orgánica del terreno y convertirla en nitrógeno en momentos de necesidad de alimentación, o tapando con material vegetal el suelo para evitar la mineralización por temperatura, en caso de necesitar frenar el crecimiento. Así tenemos un punto ganado en la batalla contra plagas, pero no toda batalla ganada.
A la vez intentamos tener floración en los suelos todo el año para atraer a depredadores y parasitoides de plagas (los insectos adultos se suelen alimentar de polen y las ninfas de pulgones u otras plagas).
El mundo está preparando para que empiece a crecer desde abajo la cadena atrófica, es decir, primero la planta, luego aparecen las plagas, luego los depredadores. En el paso de aparición de la plaga, hasta el control de está por los depredadores, puede sufrir daños la fruta, planta o lo que se esté cultivando, haciéndola no apta para la venta por aspecto principalmente o por total deterioro por ataque de plaga. Entonces, muchas veces se opta por la introducción forzada de un depredador o parasitoide, comprado. Así, adelantamos el proceso de control de plaga, sin necesidad de utilizar insumos.
Este proceso no sería necesario si todo el mundo fuera ecológico, y en todas fincas hubiera un control equilibrado. Pero como todo no puede ser tan bonito, tenemos está alternativa, que no deja de ser atractiva a la vez, fomentar equilibrio en tu propia parcela.

Larva de sírfido depredando pulgón

Áfidos parasitando pulgones

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